Orientaciones para la gestión psicológica ante la cuarentena. Un decálogo

Desde seguroessalud.com/SegurCaixa Adeslas, creemos que en estos momentos podemos compartir unas orientaciones para la gestión psicológica ante la cuarentena.

Este decálogo, basado en el realizado por el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, puede serte de utilidad.

Si quieres consultar el decálogo oficial en detalle, y lo que dice literalmente, pues lo que aquí escribimos es un desarrollo a partir del mismo, pincha aquí: Colegio Oficial de la Psicología de Madrid. Decálogo para la gestión psicológica ante la cuarentena.

Comprender la realidad

Tenemos que diferenciar nuestros deseos de la realidad.

En la situación en la que estamos debemos asumir lo que hay y tomárnoslo en serio; ser precavidos y cumplir con la cuarentena como mejor podamos.

Lo que añadimos a la realidad muchas veces va en nuestra contra.

Los deseos, mal gestionados, pueden frustrarnos al basarse en una realidad incompatible con la actual.

Mantenerse en la realidad

Puede que quieras exigir responsabilidades políticas, quejarte a viva voz o aspectos relacionados, pero, en este momento, hay que estar en casa.

Esta idea es mejor tenerla clara, para no frustrarnos por querer salir, y entender que va a ser temporal.

No te adelantes al futuro, mantén tu atención, todo lo que puedas, en el presente, en lo que estás haciendo en este momento y lo que harás a lo largo del día.

Planifica la nueva situación

Hazte una rutina y planifícala, ajustándote a la realidad en la que estés ahora.

Apunta tus necesidades de comida, medicamentos, ocio y trabajo y establece un orden, un programa, una rutina diaria.

Esto no es útil sólo para evitar salir las menos veces posibles y no dejar la acción a merced de la improvisación, sino también para mantener la cabeza ocupada y meter orden.

La rutina, y la planificación externa, nos ayudan a mantener la mente organizada y más tranquila.

Establecer un horario para ti y los tuyos, si estás acompañado, puede ser de mucha utilidad.

Infórmate adecuadamente

Busca información pero evita la sobreinformación pues ésta puede generar ansiedad y estrés.

Por otra parte, limítate a la información que sepas que viene de fuentes creíbles y serias.

Reduce el consumo a lo necesario. Pasarnos en el visionado o lectura de información puede generarnos frustración y sensación de indefensión.

Nadie sabe el futuro, no trates de conocerlo tú.

Mantén el contacto

Mantén el contacto con tus familiares y amigos.

En la mendida de tus posibilidades haz uso de las videollamadas.

Somos seres sociales y necesitamos de los demás.

Cuando hables no lo hagas sólo de la situación actual, ni estés alimentando miedos. Debes buscar también un hueco para el humor y despejar la mente.

Aprovecha el momento

Aprovecha una de las pocas cosas buenas que puede aportarnos esto: la necesidad de parar, de hacer las cosas con más calma.

También para hacer esas cosas que se suelen dejar de lado por estar poco en casa y que normalmente nos gustaría hacer: leer, escribir, pintar, jugar con la familia, etc.

Busca, en la medida de lo posible, la complicidad de quien te acompañe, si estás con alguien más.

Creatividad

Emplea el tiempo que puedas en desarrolar esta competencia.

Talleres de cuentos, ordenar el armario de un modo distinto, cocinar cosas nuevas, pueden ser algunas de las actividades que puedes hacer y que te vendrán bien.

Deporte

En contra de lo que pensamos el estar en casa puede ayudarnos a retomar el deporte.

Por el ritmo de trabajo que solemos llevar muchas veces abandonamos la actividad física.

Ahora, al tener que parar, puede ser un buen momento para iniciar o retomar esta actividad.

Hay numerosas páginas en YouTube donde puedes encontrar dinámicas y tablas para hacer en casa.

El deporte reduce la ansiedad, disminuye la posibilidad de depresión, genera buen ánimo y nos da energía.

Salud

Trata de valorar lo siguiente: una dieta equilibrada, recibir luz natural unos veinte minutos al día, dormir lo necesario y buscar momentos para el humor y la risa.

Estado de ánimo

Sobre todo si tienes niños, o estás acompañado, cuida los pensamientos y las emociones.

Ten en mente que lo importante no es sólo lo que dices, sino cómo lo dices.

Si en algún momento de nervios te ves sobrepasado y tienes algún mal gesto ten en cuenta que eres humano, no seas duro contigo y haz aquello que, después de ello, puede aportar algo positivo: pide perdón sin «peros».


En fin, desde aquí os mandamos un fuerte abrazo y deseamos que vaya bien, no como frase hecha, sino de verdad.

¡Que tengáis la mejor tarde posible!