El primer embarazo con seguro de salud privado

Hace ya 4 años que nació mi hija y hace 2 que nació mi hijo. Ahora afronto con la experiencia de dos embarazos anteriores el tercero, sabiendo muchas más cosas que no sabía cuándo me dijeron por primera vez que iba a ser madre. Lo que sí sabía, es que quería elegir donde realizar el seguimiento y donde dar a luz con total libertad, cosa que en mi primer embarazo con seguro de salud privado pude hacer.

Hasta el primer embarazo que tuve, me resultaban difícil de entender algunas cosas que amigas que ya habían pasado por esto me contaban. La conclusión a la que llegué es que cada una lo vive de forma completamente distinta, sin mencionar las cosas que me decía mi madre claro, pero todas con algo en común, y es una carga de emociones descomunal.

Las distintas emociones que se viven en el embarazo lo condicionan todo. Unas son muy buenas, y otras son un poco negativas. El miedo y la alegría, la incertidumbre y la ilusión, la angustia a veces y la responsabilidad por venir, todo ello mezclado y con el profundo deseo de que vaya todo bien y sea lo más “normal” posible.

Si me quedo con algo de los primeros días después de enterarme de que estaba embarazada, es sin duda, con la sensación de que no tenía ni idea de lo que suponía estar embarazada, pero lo que sí sabía es que millones y millones de mujeres ahora mismo estaban igual que yo y todos los días nacía millones y millones de niños sanos.

El seguimiento del embarazo con seguro de salud privado

Cuando me enteré de que estaba embarazada, yo ya tenía seguro de salud privado. Me lo había hecho porque una ginecóloga que conocía mi familia siempre me inspiró mucha confianza y quería ir a su consulta. Solía ir una vez al año por lo privado, pero llegó un momento en que me hice el seguro de salud privado porque, aunque me saliera más caro, me merecía la pena por otros motivos, por ejemplo porque el embarazo con seguro de salud privado me permitía elegir y tener más flexibilidad para el seguimiento.

La ginecóloga me diagnosticó ovario poliquístico, y me habló de que probablemente tendría ciertas dificultades para quedarme embarazada. Cuando me lo dijo lo percibí como algo muy lejano y no le di a lo mejor toda la importancia que luego fue creciendo y creciendo.

Me trasladé de ciudad y busqué un nuevo ginecólogo, y en la primera consulta que fui para contarle que tenía ovario poliquístico me hizo una ecografía y me comunicó que estaba embarazada. ¡Ups!

Este ginecólogo desde un primer momento me gustó, me inspiraba tranquilidad, seguridad y confianza, y no creo que se le pueda pedir más a un médico, yo creo que es lo que define a un gran médico, dando por hecho que sabe lo que dice y hace porque es médico claro.

Durante todo el seguimiento del embarazo con seguro de salud privado me asesoró, me sentí atendida y sobre todo tranquila. Cada vez que iba a la consulta me hacía una ecografía para ver cómo estaba el bebé y me explicaba con cariño cada cosa que veía. Luego siempre me advertía del cuidado que tenía que tener con el peso, pero sin hacerme sentir mal y me vigilaba el hipotiroidismo gestacional que tuve junto a un endocrino.

El endocrino tuve que ir a dos distintos, el primero me cayó tan mal, que fui a otro, cosa que en el embarazo con seguro de salud privado, no tuve ningún problema porque disponía de muchos en el cuadro médico y además me daba cita rápido.

Los distintos análisis los pude realizar en un centro cerca de mi casa y luego se los llevaba al ginecólogo a la clínica donde pasaba consulta sin ningún tipo de problema. Me resultaba más cómodo hacerlos cerca de casa y luego ya marcharme al trabajo para no llegar muy tarde.

El final del embarazo con seguro de salud privado

El otro día leí que 26% de las madres dan a luz con su seguro de salud privado y que hay más de 10 millones de personas con seguro de salud privado. La verdad es que tengo amigas que han dado a luz en la sanidad pública y les ha ido fenomenal, yo no voy a criticarlas como si hacen algunas de ellas cuando les digo que yo di a luz en un centro privado. Cada uno que elija lo que más le convenga.

La recta final del embarazo con seguro de salud privado es como el resto del embarazo sencilla a nivel de planificarlo todo. Elegí un centro que estaba muy cerca de mi casa y con el que repetí la segunda vez y supongo que la tercera. La primera vez fui andando cuando creía que estaba empezando el parto, me mandaron para casa y la segunda vez que fui no pude ya hacerlo así y tuve que coger un taxi.

Tuve una habitación individual para mí, y la segunda vez que habían hecho obra en la clínica, dilaté en la misma sala donde luego fue el parto. En el segundo embarazo con seguro de salud privado, por cierto, fue todo mucho más rápido y fui más consciente de todo, porque la primera tenía un poco de miedo, para que nos vamos a engañar, porque no sabía lo que iba a pasar.

La experiencia del embarazo con seguro de salud privado

Mi experiencia por lo privado ha sido muy buena y la recomiendo, tanto el seguimiento como el parto. El seguro que yo tenía contratado era sin copagos y de Adeslas y me fue todo fenomenal. Tu que pedir autorización para las ecografías de alta definición y para la hospitalización del parto, ah y para uno de los análisis. Pero todo lo demás nada, las citas fueron rápidas y la atención en la clínica fue muy buena. Así que en mi caso no tengo ninguna pega.

El bebé estaba cubierto los primeros días por mi póliza, y luego en seguida le di de alta para todo el seguimiento con los pediatras. Esa es otra historia que ya os contaré.

Mis amigas de Seguro es Salud que trabajan solo para Adeslas me han pedido que les contara mi experiencia de mi embarazo con seguro de salud privado y espero que a algunas os sirva y os anime, si os parece oportuno, a contratar un seguro de salud privado.

Para asesorarte si quieres contratar un seguro de salud estamos a tu disposición por: